Aunque en un principio las tormentas acompañadas de fuertes rachas de viento parecían que deslucirían la noche de Lechuzas, al final se pudo celebrar y con la gran noticia de una más que notable participación de los jóvenes arqueros de la Escuela. Por una vez los jóvenes superaron en número a los mayores tanto en la linea de tiro como en la cena, algo que da constancia del rejuvecimiento que se ha impulsado en el club durante toda esta temporada.
Buen humor, muchas ganas de tirar y coroborar la magnífica iluminación de la que disponemos ahora en el campo, ya que se iluminaron perfectamente 4 dianas situadas a 18 metros.
La anécdota de la jornada la protagonizó una visita inesperada. Tras cerrarse el campo de tiro durante 10 minutos por lluvia, entró en la caseta del club un magnífico ejemplar de sapo, al que bautizaron como Culatín. Tras los primeros gritos y carreras en busca del anfibio, y reconozcamoslo algunos tambien se sorpresa y/o susto, se refugió debajo del banco donde almacenamos las dianas, por lo que la caza y captura del animal vivo resultó cuanto menos movidita. Al final y ayudados por un tubo para guardar flechas conseguimos capturarlo sano y salvo y proceder a su puesta en libertad en el campo. Culatín quedó finalmente libre y con toda la parsimonia que pudo , que denotaba hasta cierto desdén hacia sus primeros captores y luego libertadores, se alejó sin más incidentes hasta desaparecer en la oscuridad. La duda que nos quedó es que si se quedó molesto porque le dijimos que no podía tirar, aunque eso si, le dijimos que podía ser nuestra mascota, algo que probablemente ofendió su dignidad anfibia.
En resumidas cuentas, entretenida velada que concluyó con la propuesta de los jóvenes de repetirla el próximo sábado, auqnue no podemos garantizar que vuelva Culatín.
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